« Todo empezó hace 6 años, cuando decidí dejar mi título de Comercio Internacional en la vitrina y comenzar a cargar con una mochila de sueños viajeros y una cámara en la mano. Tailandia me recibió con los brazos abiertos y oportunidades nuevas, aquí conocí el fondo del mar (o una parte). Me enamoré. Llevé mi cámara bajo el agua. Mi cabeza y mi corazón se dieron cuenta lo que me apasionaba.
Ahora puedo mostrarle al mundo lo que ven mis ojos cuando me sumerjo y ya no quiero bajar un metro de profundidad, sin tener una cámara en la mano que me permita expresar con fotografías lo que significa para mí estar en el mar. »